Códigos Postales

El mundo, la globalización y los vínculos.  No hace mucho pensaba que las fronteras eran líneas divisorias, de color negro que separaban territorios; incluso de niño llegué a pensar que si estaba en un avión y miraba hacia abajo podía verlas. Como cucuteño siempre estuve pendiente de la frontera, de cómo cruzarla y de cómo transgredirla; de explorar e investigar que había mas allá del camino. Siempre pensé que atravesar el borde era la meta ya que todos mis amigos de la escuela conocían Venezuela excepto yo. Tal vez por eso me distraía Tintín o Indiana, mis héroes de infancia que sabían cómo cruzar los límites y aventurarse. 

No hace mucho, pensaba que la mejor forma de intercomunicarse venía por correo regular. Las postales de mi papá aún siguen en el buró de sus viejos viajes por Europa, escritos en otros idiomas, impresos en otros papeles. Tengo un espíritu aventurero desde siempre y siempre he considerado que el viajar depende más de la sensación que del recorrido. He tenido la oportunidad de recorrer miles de kilómetros en muy pocos años. Latinoamérica me ha dado cientos de experiencias, intercambios y oportunidades.

Era cruzar la frontera, tomar el pasaporte y viajar sin radar. Conocí grandes personas desde el escritorio de mi casa gracias a internet y las reconocí cuando estaban al frente mío. El asunto es conocer y reconocer, por diferentes vías, diferentes caminos.

¿Necesitaba viajar a Venezuela para conocer Venezuela? No necesito viajar a China para saber que en China la mano de obra es barata, solo queda en mirar las marquillas del 80% de mi ropa. Las fronteras no existen sino para los habitantes; las alcabalas y las embajadas. Una frontera no es un borde plástico sino elástico donde la tránsfuga de los elementos nativos se vuelven foráneos sin pensarlo.

¿Hasta dónde llega la frontera para un zapato Nike elaborado en Tailandia? ¿Qué es frontera para un contacto del Facebook con el que me puedo conectar a cualquier hora del día? ¿Por qué razón un trozo de papel moneda pierde valor cuando sale de la frontera? Entonces, la frontera es un límite mental que define lo físico, es un control. Y dicho control puede ya desvanecerse gracias a la tecnología. La transferencia e intercomunicación virtual ha perdido límites con la real. La sala de tu casa puede estar a la entrada de la puerta o en tu messenger. La desvirtualización de los espacios así como la intercomunicación de las personas es una realidad, e irónicamente lo virtual y lo real ya no son antónimos. Las personas se transforman en hipervínculos, los objetos en pixeles y las fronteras en vacíos. Prácticamente, en el mundo virtual no funciona el pasaporte. 

Luego de recorrer 16 países en este lapso de tiempo, de indagar en sus ciudades y en sus habitantes pude darme cuenta que la transferencia de información escapa del borde y del control. Las tradiciones, la cultura, los hábitos poco a poco se han ido permeando de hábitos foráneos. En dicho lapso, realicé un extenso trabajo de fotografía y de producción escrita analizando cada país, cada ciudad, cada habitante que se me cruzaba entre el lente. Este trabajo investigativo, sin ningún tipo de búsqueda ordenada de conclusiones me permitió conocer lo que había imaginado y reconocer lo que no me había planteado.

Durante todos estos viajes he tejido redes con amigos distantes. Siempre he estado en contacto con ellos, se de sus vidas de lo que hacen y de lo que dejan de hacer. El trabajo para el Salón Regional de Artistas es justamente materializar este tejido, esta correlación de personas, borrando las fronteras y traspasando los límites preestablecidos.

Hace unos 4 años conocí a unos amigos maravillosos jugando Cadáver Exquisito en una mesa en Managua, Nicaragua. Ellos, ahora distantes siguen en contacto conmigo y somos muy unidos. Kabul, Cúcuta, Barcelona y Sinaloa son ahora nuestros lugares de residencia pero no de convivencia. Me llamó la atención el cadáver. Una ensamblaje colectivo, realizado de forma progresiva donde el total se revelaba al final, y descubría una trama que refleja una realidad inconsciente o un termómetro emocional.

A partir de esta experiencia, de esta intimidad quisiera partir para crear una cadena de hechos, una reacción controlada que pueda ensamblar el inconsciente en diversas partes del globo terráqueo diluyendo las fronteras, diluyendo los bordes e integrando los equidistantes en el común.

Es por eso que revisando las viejas postales de mi padre, examinando aquel precario modo de comunicación en épocas donde no existía la alta velocidad de las comunicaciones quiero dar respuesta con mi intervención en el Salón Regional de Artistas: la postal. La postal era ese objeto que comunicaba mediante una imagen, un resumen de una expresión, 1000 palabras esperando a ser leídas. Detrás de la postal va el mensaje, el escrito, la impresión personal que quebranta aquel impreso colorido estándar para muchos. Cada postal de mi padre lo decía: el anverso es el social, el reverso es el personal.

Justamente, todos tenemos una ruta. La del bus, la de la caminata, la de los patines o la del taxi. Todos, desde el que vive en el trópico, hasta en el Ecuador tenemos una ruta de acceso y salida de nuestro hogar a un lugar de trabajo o estudio. Continuando con el contacto de las personas alrededor del mundo, la labor está en hacer que todas estas personas retraten bajo su propia forma qué camino toman diariamente y porqué. El asunto es retratar cada uno de estos caminos y donde todos puedan ver los caminos de los demás e relacionar las experiencias. 

¿Qué camino tomará alguien en Kabul para ir a su casa? ¿Que diferencias tendrá con alguien en Asunción o Shanghai? Esa es la intención de la postal, de acá parte el diseño de la misma.

Códigos postales es un proyecto de 15 postales y cada postal tiene en el anverso la fotografía de dicha persona en aquella ruta que es cotidiana para él o ella, fotografía que será enviada vía internet. El reverso de la postal tendrá la frase que dicha persona habrá escrito siguiendo el patrón del cadáver exquisito. 

A través de correo electrónico se comenzará y se continuará la recolección de datos para la obra. Se comienza con una frase de mi autoría al igual que la foto y utilizando la última palabra de la frase se envía por correo electrónico al siguiente destinatario quien, usando esta palabra, crea la siguiente frase. De esta forma se repite el procedimiento hasta lograr todas las postales.

 

[Libro de artista]

Cúcuta, Colombia, San Cristóbal, Venezuela: 13 Salón Regional de Artistas Zona Oriente. Colombia. 2012