Renovación Urbana de Colón

Colón fue creada en 1850 por la Compañía del Ferrocarril de Panamá  «Panamá Railroad Company «, empresa establecida en Nueva York con el fin de construir un ferrocarril transístmico. Por lo tanto es una de las ciudades ferroviarias más antiguas de América. Esta ciudad surge como un campamento de carácter utilitario y posteriormente tuvo grandes transformaciones hasta establecer un trazo urbano ortogonal de gran valor patrimonial, ya que sigue las pautas urbanísticas de la época en los EE.UU., con elementos propios como la manzana de 300 por 300 pies con un “callejón por el medio” y “calle paralela a la vía férrea”.

El valor del sitio se expresa a través de varios atributos o elementos físicos (diseño y material) y simbólicos (uso), así como las relaciones entre ellos. Estos atributos son los objetos concretos de la protección del centro histórico; es por tanto necesario mantenerlos para no perder los valores del sitio (UNESCO 2008:21ff.).

De su casco histórico se destaca principalmente la relación de la ciudad con la actividad portuaria, ferroviaria y el Canal de Panamá; los ejemplos de la traza y arquitectura de la ciudad a lo largo de cien años (1850-­‐ 1950) y la adaptación de modelos de arquitectura franceses y anglosajones a una ciudad del trópico (balcones y portales).

La traza original de Colón, que aún se conserva en el Casco Antiguo, es típicamente estadounidense y no tiene relación con la tradición urbana hispánica. En la primera mitad del siglo XX, Colón desarrolló una economía de servicios que dependía estrechamente del puerto de Cristóbal, el canal y la presencia militar de los EE.UU. en Panamá; su principal período de bonanza fue la Segunda Guerra Mundial, cuando la presencia militar estadounidense alcanzó su máxima expresión. La decadencia de la ciudad empezó con la reducción militar de la posguerra.

En los últimos treinta años, el crecimiento y desarrollo de Colón se han centrado en la periferia; el centro histórico —con excepción del cuadrante ocupado por la Zona Libre— se ha deteriorado progresivamente, y su patrimonio arquitectónico se ve cada vez más desvirtuado.

Es por eso que en el marco del megaproyecto Renvación Urbana de Colón, se deciden intervenir los bulevares que consolidan la traza urbana y son el corazón del espacio público de la ciudad mediante obras de consolidación, que mantienen las condiciones de seguridad sin alterar las características formales ni funcionales ya que la ciudad, debido a su condición de hinderland, ha desarrollado una identidad cultural muy fuerte, única y territorial que no sigue parámetros típicos de Panamá o de la misma Centroamérica. La renovación de este espacio público debe, por ende, respetar los ejes de diseño históricos más que proponer estéticas nuevas pensadas por lecturas tangenciales -o mas bien superficiales- de lo que la cultura caribeña representa.

 

Scarpetta, Richard, Cheng, Jonathan Cheng, Savogal, Lopera, Liliana

[Investigación y diseño urbano]

Ciudad de Panamá, Panamá. 2015.

ENR’s Global Best Projects 2020. Ganador categoría Renovación/Restauración.

Extensión del projecto: 140.000 m2

Históricamente, un bulevar es una vía de comunicación basada en antiguas defensas, puesto que la palabra procede del holandés bolwerk. Permitiría, pues, rodear una ciudad por el exterior como un cinturón periférico. El bulevar es una vía por lo general importante (cuatro vías de circulación o más) con amplias avenidas peatonales en sus laterales. Su origen se sitúa en las vías que se colocaban alrededor de las fortalezas defensivas de las ciudades. La trama y diseño de los tramos responde a los conceptos paisajísticos y de diseño urbano creados por los franceses en el Siglo XIX, heredados por muchos de los parques y plazas de Latinoamérica. Singularmente, Colón no fue concebida con una plaza central ya que su estructura damero no es española/colonial. Es por esto que la Avenida Central, si bien es concebida como un bulevar o rambla, cada tramo se comporta como una plaza.

Precisamente en Colón es dominante la circulación central en cada plaza o isleta, con un cruce peatonal por el centro del tramo, vinculando el monumento con las aceras. El monumento entonces, funciona como exaltación social o política y se revindica como corazón y carácter de cada isleta. Es entonces que cada uno de los tramos del Paseo Centenario parecieran archipiélagos, con cada identidad estudiable: el Monumento a la Madre, en el tramo número dos (por ejemplo) está entre dos escuelas y es precisamente en este lugar donde las madres se reúnen a esperar a sus hijos. Es esa la identidad y memoria que no se puede perder en el diseño.

 
 

Reconstrucción urbanística y de memoria crítica.

Si bien es cierto el alcance del proyecto determina, que la intervención del espacio público del Centro Histórico de Colón, es hacer un mejoramiento e intervención fisíca de sus elementos como aceras, paseos, mobiliario y paisajismo, debemos tener presente que, la recuperación del centro, es un proceso integral y que solo puede ser eficaz si se integra a  una política y/o plan de conservación coherente de desarrollo económico y social.

De lo anterior, podemos identificar fácilmente que las relaciones entre el espacio público y sus problemas, como por ejemplo, la percepción de inseguridad, trascienden más allá de la tradicional mirada urbanística de producción de infraestructura. Estas relaciones están más vinculadas con la dimensión sociocultural del espacio, el uso que los actores sociales hacen de este y las percepciones que se formulen alrededor del mismo, ya que es, a través de las prácticas en el uso del espacio, que se proporciona sentido colectivo a los mismos.

Las limitaciones a que se enfrenta, la obra pública de Colón que se realizará, van más allá de las que afectan a tipologías de índole arquitectónica, urbana y/o comercial o residencial, que por tratarse de actuaciones de notable repercusión en la vida ciudadana, se hallan expuestas a un mayor control por parte del público y por tanto debe satisfacer criterios estéticos, sociales y económicos muy diversos, planteando la necesidad de redefinir el espacio público en cuanto espacio dinámico habitable.

El paseo Centenario tiene en la actualidad una prelación en el conjunto histórico de Colón, por el uso funcional de calles y aceras, su preponderancia comercial e institucional, y espacio central de punto de encuentro y de paso, la poca atención a la creación y renovación de espacios públicos, el alto valor patrimonial de conjunto urbano y arquitectónico, alto contenido histórico y a su vez el deterioro físico, presente en la mayoría de sus edificaciones, son factores que han incidido en la pérdida de la función de sociabilidad del espacio público, y por lo tanto en la generación de condiciones favorables para su degradación, para actividades delictivas y para actividades comerciales sin orden ni regulación.

El diseño recuperal trazado original del patrón del paseo peatonal central; las plazoletas circulares destinadas a monumentos y estatuas emblemáticas que dan cuenta de la historia de la ciudad, y la función de la arborización existente, mediante jardinería y zonas de descanso bajo la sombra de los árboles. Por otro lado se interviene y complementa el espacio físico y funcional mediante la creación de resaltos donde la vía vehicular se eleva al nivel de la vía peatonal, y se instala el mismo material en adoquín para dar continuidad y prelación al peatón en todos los cruces viales, a lo largo del paseo central, y la creación de plazoletas que destacan edificaciones de alto valor arquitectónico.

 
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